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martes, 21 de mayo de 2013

Patente del Himno Nacional Mexicano

DERECHOS DE AUTOR.


Una leyenda urbana sobre el estatus de los derechos de autor del himno cuenta que años después de la interpretación del mismo, una familia vendió los derechos musicales a una empresa alemana de edición musical llamada Wagner House. Se supone que Nunó debía regresar la música a través de los derechos del Estado a cambio de un premio del gobierno mexicano. No obstante, según el mito, los derechos de autor cambiaron de manos otra vez, esta vez fueron las del propio Nunó y dos estadounidenses, Harry Henneman y Phil Hill.

Sin embargo, esto no es correcto en realidad. Es verdad que Nunó, Henneman y Hill registraron la música con la empresa BMI, con la Edward B. Marks Music Company como la editora del himno. Ésta podría ser la versión que algunos han dicho que es propiedad en los Estados Unidos. No obstante, la ley de los derechos de autor en Estados Unidos declara que el himno mexicano está en el dominio público dentro de los Estados Unidos, dado que tanto la letra como la música fueron estrenadas antes de 1909. Además, bajo la ley de derechos de autor en México, el artículo 155 expone que el gobierno tiene los derechos morales, pero no los derechos de propiedad, de los símbolos nacionales, incluyendo el himno, escudos de armas y la bandera nacional; además de que también en México está en dominio público ya que se cumplieron los cien años establecidos para su liberación desde el 2008.


¿CUANTO SE PAGO POR EL HIMNO NACIONAL MEXICANO?
Una editora de EE.UU, dueña del derecho de autor del Himno Nacional Mexicano.
La siguiente es una historia real, narrada por Gabriel Larrea:

El Himno Nacional es una obra originariamente mexicana, pero el titular de los derechos de autor es la compañía Wagner y Lieven en Estados Unidos.

Cuando se hizo el concurso para la composición del Himno Nacional, se ofreció un premio a los ganadores, mismo que el gobierno mexicano nunca entregó; entonces ni Bocanegra ni Nunó cobraron lo que se habían ganado.

Mucho tiempo después se buscó a los herederos para darles el premio.

Y nadie se dio cuenta de que, aparte del concurso, estaban subyacentes los derechos de autor.
Los herederos los vendieron a esa prestigiosa empresa estadounidense.

Manuel Avila Camacho expropió los derechos, pero Avila Camacho no rige más que para México. Así que esta historia, que parece antigua, se refleja en la actualidad: cada vez que se toca fuera de México el Himno Nacional, se deben pagar regalías a los titulares de los derechos: la Wagner Lieven en Estados Unidos.

2 comentarios:

  1. Se gastan millonadas en propaganda política, por ejemplo y ningún gobierno de México compra los derechos a quienes los detentan. Me parece que Wagner & Lieven hizo un trato no muy honesto que digamos.

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  2. Se gastan millonadas en propaganda política, por ejemplo y ningún gobierno de México compra los derechos a quienes los detentan. Me parece que Wagner & Lieven hizo un trato no muy honesto que digamos.

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